Judith Pérez Soria, profesora-investigadora de El Colegio Mexiquense, analiza la relación entre carencias sociales y migración interna.
En el Estado de México, la población inmigrante de otros estados tiene un problema de acceso a los servicios de salud, el cual reclama políticas públicas que atiendan esa carencia social, afirmó Judith Pérez Soria, profesora-investigadora de El Colegio Mexiquense, quien detalló que la entidad se caracteriza por tener un flujo de inmigración constante, cuyo resultado se expresa en el hecho de que tres de cada diez habitantes nacieron en otra parte del país.
La estudiosa es autora del capítulo titulado «Carencias sociales y migración interna: un estudio exploratorio a nivel municipal en el Estado de México», el cual forma parte del libro ¿Problemas complejos, soluciones nuevas? Debates sobre el desarrollo social sustentable en el Estado de México, editado por El Colegio Mexiquense, y cuya presentación ha sido aplazada como resultado de la contingencia sanitaria todavía en curso.
Junto con Gloria Guadarrama Sánchez y Wendy Ovando Aldana, la autora también es coordinadora de la obra, que reúne artículos de 18 investigadores, divididos en los capítulos «La encrucijada del desarrollo social» y «Desarrollo sustentable», y que resultó de la selección de las ponencias presentadas en el coloquio «Estrategias de desarrollo para el Estado de México», organizado por El Colegio Mexiquense y el Centro de Investigación en Ciencias Económicas de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Respecto del artículo señalado, Pérez Soria explicó que se trata de la presentación de un estudio exploratorio que analiza mediante modelos bivariados la relación entre el porcentaje de población de los 125 municipios que nació en otra entidad y la situación de pobreza, vulnerabilidad por ingresos, rezago educativo, carencia por servicios básicos en la vivienda, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios en la vivienda y acceso a la alimentación.
Expuso que solo las relaciones entre porcentaje de población inmigrante con población vulnerable por ingresos y con carencia de acceso a servicios por salud resultaron positivas en la investigación, lo que indica que cuando aumenta el primero también los hacen los otros dos; en el primer caso es resultado de las condiciones de vida de quienes han inmigrado a la entidad, detalló.
En el caso de la carencia de acceso a los servicios de salud, la investigadora dijo que por cada punto porcentual que aumenta la carencia crece en casi medio punto (0.48 %) la población nacida en otra entidad, y la explicación debe considerar que la población inmigrante al Estado de México no tienen acceso a los servicios de salud porque no se desempeña en trabajos formales en la mayor parte de los casos, y ya ni siquiera se atiende en los servicios que se cubrían con el seguro popular, el cual hoy no existe más.
Abundó que como reflejan los datos y otros estudios, es una población que se inserta en los trabajos de mala cualificación y en la informalidad, y ello no le permite el acceso a los servicios de salud; por lo mismo, es una población descobijada y desprotegida.
Judith Pérez afirmó que hay un problema urgente de salud en la población inmigrante mexicana, que es también un problema social de gran magnitud en el Estado de México, que se caracteriza por tener un flujo migratorio interno sostenido independientemente de las crisis económicas y la desaceleración de las industrias medianas.
Puntualizó que hay estudios que muestran que si un inmigrante mexicano se enferma acude a los servicios privados, los cuales paga con su ingreso, ya de por sí es precario, y lo ha sido más durante la emergencia sanitaria, porque se trata de una población que no puede dejar de trabajar, debido a que su desplazamiento tiene sobre todo motivos económicos y la búsqueda de empleo
Comunicado de prensa 028/2020.
Zinacantepec, Estado de México, 23 de junio de 2020.
